Un día la madre de Marco, le dijo:
-No vayas nunca al valle de los sueños, es muy peligroso, que tu hermano haya ido no significa que tu puedas ir.
Y como siempre Marco, le respondía:
-Mamá, esto ya me lo has dicho muchas veces, me da miedo el valle de los sueños. Nunca voy a ir.
-Esta bien hijo, ya me quedo mas tranquila.
Pero siempre se lo repetía, hasta un día que no se lo dijo.
Tres meses mas tarde, Marco se levantó y su familia no estaba. Los buscó hasta llegar la frontera de su reino y lo que vio no le gustó nada, unos alcones se llevaban a su familia.
Marco salió en su busca y tras siete semanas viajando llegó al valle de los sueños y vio que estaban de fiesta, pero... ¿Por qué? Marco vio que su familia iba hacia él.
-¿Estás bien, mi pequeño Marco?
-Sí...¿Qué ha pasado?
-Te hemos engañado para que vinieras hasta aquí. Ahora lo que importa es volver a casa.
Y así hicieron, volvieron a casa y todo volvió a la normalidad y a que no adivináis que pájaro es Marco, es un... ¡Loro! Un bonito loro de plumas azules.
Otro día, Marco conoció una loro hembra y se enamoró de ella, se llamaba Claudia y era de plumas rosas.
Claudia también, se enamoró de Marco, pero no se atrevía a decírselo.
Un día Marco se atrevió a decir lo que sentía por ella, pero ella no, es más, salió corriendo y llorando de alegría.
Los dos se casaron y tuvieron loritos llamados:
Paula, Daniella, Circo, Emma y Cristian.